ESTATUTO DEL PEÓN

No es que yo sepa mucho de fulbo. No. Pero estamos ahí, con el Die, a ful. Estamos, digo, y hablo de todos los que estamos de verdad. Los millones que andábamos a los pedos hoy para llegar a algún lado a ver el partido. Esta vez más que nunca. Y saben de qué hablo.

Bue. El asunto es que me vi el partido con mis compañeros del gremio. Puteé todas las veces, cuando el pibe Messi agarraba la pelota y al toque aparecían veinte monos (ah, no, cierto que son once nomás) de no sé donde y parecía un scrumm. Me emocioné hasta el tuétanos cuando entró Palermo y a los cinco minutos metió ese gol. Se me subían los ovarios a la graganta cuando el arquero griego sacaba la pelota con la puntita de los dedos, putamadre. Y otra vez el Die, sus puteadas, sus gestos, su banque incondicional a sus jugadores, la mística del Diego que no puede serle indiferente a ningún ser humano de buena voluntad.

Y el peón. Un humilde tres que se laburó todo el partido. Casi nadie habla de Clemente. Repito, no es que yo sepa mucho de fulbo, pero el laburo de este tipo me conmueve. Tranqui, el chabón agarraba la pelota y se la llevaba pal arco del contrario. Siempre estuvo así, armando. Y yo que pensé que los tres estaban para defender nomás.

Parece que a la Presi le gustó también la impronta del Negro, porque ahicito nomás cuando terminó el partido, fue, se anunció unos subsidios para el campo, y mandó al parlamento el proyecto de ley para el NUEVO ESTATUTO DEL PEÓN. "Estamos absolutamente convencidos de que cuando más califiquemos y protejamos a los recursos humanos, el productor mejor rendimiento va a tener" dijo mi Presidenta, que es como decir "démosle más pelota al Negro Clemente Rodríguez, que ese sí que labura"

He dicho